Algunas personas desean conectarse profundamente con los ángeles, pero se mantienen a distancia porque sienten que no son merecedoras de recibir consejo de esos seres sagrados.
Creer que no somos aptos para recibir lo que por nacimiento humano y derecho propio nos corresponde, es una forma egoísta y muy limitada de ver las cosas.
No debemos olvidar que no sólo somos un cuerpo y una mente. También somos almas en constante contacto con los ángeles. Los ángeles no juzgan, no andan buscando faltas, no miden nuestra santidad, y jamás nos pedirán que demos prueba de nuestro mérito ante ellos o ante el mundo. Lo sepamos o no, todos tenemos mérito.
Si a veces usted siente alguna falta de mérito, ¿qué podría hacer para cambiar ese sentimiento? Es una pregunta engañosa, porque realmente no podemos hacer nada para probar o lograr mérito. No necesitamos cambiar o hacer las cosas de manera diferente.
Sólo necesitamos reconocer y comprender que ya por naturaleza tenemos valor, y que podemos ser útiles para nosotros mismos. No se reproche por algo que no existe. Dése un respiro y sepa en lo profundo de su corazón que usted es más que merecedor de la atención divina.
REFLEXIÓN
Sé que estoy en terreno santo y que siempre merezco la atención de los ángeles.
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