Una de las pruebas más difíciles en la vida es encontrar a gente en cuyos dramas personales nos vemos de pronto interviniendo, jugando un papel que no teníamos previsto. Si ellos se quejan todo el tiempo, nosotros nos vamos acostumbrando a dar consejos. Si nos atacan, emprendemos la retirada, Cualquiera sea el juego terminamos por gastar en frustración o rabia nuestro valioso tiempo y energía.
Los ángeles tienen una solución muy simple para esa gente a la que la razón no parece hacerle efecto: huir de ellos (no con rabia o temor, sino con neutralidad).
Si usted siente temor o culpa por el hecho de huir, recuerde que la firme decisión de impedir que esa gente le robe energía o lo atrape en el pantano de sus vidas no significa cobardía o dureza de corazón, sino todo lo contrario: valentía, compasión y sabiduría.
Si alguien en su vida le causa frustación innecesaria, no trate de pelearse, ni de esgrimir razones. Simplemente váyase del campo negativo de esa persona. Si tiene que estar con ella en el mismo cuarto en su casa, o en la misma oficina, todavía tiene la posibilidad de poner un escudo psíquico entre ustedes. Sonríale y no diga nada, o dígale al menos, con tranquilidad y firmeza: "No creo que por ahora te pueda ayuda ser de ayuda" y retome sus actividades.
REFLEXIÓN
No tengo que dejarme influenciar o intimidar por la negatividad. Siempre puedo escapar de ella.
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